jueves, 6 de julio de 2017

La pequeña Grisel



Es una de las tantas hijas que nos regala abril. Ahí donde la ven tiene tan solo tres años, pequeña, inocente y curiosa. No llega ni al metro de estatura pero aun así es imposible no quedarse mirándola. Su cara redonda, culpa de los cachetes regordetes, sus grandes ojos, su sonrisa, que estrena el nacimiento de sus primeros dientes, el cabello castaño y delgado que el viento mueve como pequeños hilos de seda, todo esto conforman a ese ser.

Corre, se siente libre. El viento le genera una sensación muy parecida a la de volar y cree que lo hace. Sus pies rozan el pasto mojado y hacen que ella sonría cada vez más por el cosquilleo de las hojas.

Se encuentra en un lugar grande y alejado de su casa ¿Cómo una criatura tan pequeña puede desplazarse con tal tranquila por un espacio desconocido e inmenso? Es una experiencia nueva y la disfruta, en ese instante, para ella, todo eso es el mundo.


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