Mente sin control, imaginación grande, causo problemas con mi cabeza, mis sueños son bonitos mi realidad un asco. Mala escritora, amante de los libros. Cuando sea grande viviré con un gato en París. El conejo blanco no me deja entrar al País de las Maravillas. Meow.
domingo, 25 de diciembre de 2016
Volver a ser lo que no se quiere ser
Ha vuelto la niña del cabello corto
Ha vuelto a la soledad de su habitación
Han vuelto los fantasmas que la acompañan
Porque nadie más le prestaba su compañía
Ha vuelto la niña de las madrugadas tristes
La que lloraba cerca a la ventana rezando a Dios
La que esperaba encontrar alguien que la ame
Ha vuelto esa niña
Y ha vuelto porque ha perdido
El fracaso era algo que no le daba miedo
La pérdida de lo anhelado la regresan
Regresan los sueños que no se cumplirán
Regresa la oscuridad a la cual le teme tanto
Oscuridad en la que vivió por 18 años
Y oscuridad a la que la regresaron
A la que la regresó
¿Quién lo hizo? ¿Quién la hizo volver?
Él, el que le dio luz, esperanzas y sueños reales
El que recibió, logro tener todo de ella
Él, que la mató un martes en la tarde
¿Cómo puede morir si está acá?
Muere porque el alma ya no está
Muere porque el corazón se lo llevaron
Muere porque la mente no actúa sola
Muere porque somos sueños y sin ellos no hay vida
miércoles, 6 de julio de 2016
No habrá vuelta atrás
Ya ha pasado año y medio que Grisel terminó con su escribidor. Un fin que tuvo que realizar no porque no lo amara, sino porque ella quería ser libre. Pero la libertad también le dio soledad y muchos miedos. Hace medio año pensó que podía controlar su libertad, sacrificar diferentes cosas solo para poder estar con él, con esa idea le escribió pidiéndole volver.
He decidido dejar todo atrás para ser feliz. Espero que comprendas lo que deseo, espero que aceptes con alegría esto. He decidido dejar mi mal comportamiento, mis locuras no fundamentadas, mis ansías de vivir cosas banales, mi egoísmo, mi libertad mentirosa. Lo he decidido porque he tomado la decisión de querer ser la mujer de tu vida, de ser la compañera que prometí desde el día en que te conocí.
Quiero caminar, correr, caer y levantarme contigo. Quiero mi libertad y porque la quiero te quiero a ti, porque no hay persona que me haga sentir más libre, más yo, más real, que tú.
A veces pienso, y es gracioso, como un extraño que solo conocía gracias a menos de 140 caracteres (porque nunca escribías más) me fue enamorando letra a letra, sueño a sueño, paso a paso, sin necesidad de apresurarse.
Fuimos como unas aves, salimos del cascarón, nos descubrimos, aprendimos a caminar, a volar pero como no sabíamos hacerlo nos caímos, TANTAS VECES, que hubo un momento en el cual creíamos que no funcionaría, que mejor era quedarse así. Pero si no luchamos estaremos encerrados en el nido, en nuestros sentimientos, en nuestro amor, que es real pero que no tratamos de volver a hacerlo volar.
Quiero un jueves, cuando el sol de abril se va escondiendo, agarrarte de la mano y bailar el vals de los mil tiempos que deseo convertir en un vals eterno para nunca dejar de bailar a tu lado. Decir un dieciséis las palabras más sinceras y hermosas que podré decir en mi pequeña y corta vida: ¡Acepto! Acepto ser tu esposa, acepto ser tu vida, acepto ser tú.
Sé que hemos pasado por millones de cosas, parte mi culpa, parte tu culpa. Pero si no hubieran pasado estás cosas ¿Cómo sabría el dolor que es no tenerte? Escribiré la frase más prostituida en estos casos “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde” tan cierta y tan común como el amor.
Mi sueño más deseado con el que me acuesto y me levanto eres tú, tenerte a mi lado.
Todo lo que deseo ser lo deseo ser contigo.
Soy ordinaria sola, contigo soy extraordinaria. Y si me haces sentir así y de miles de maneras creo que significa que eres el indicado, a quién debo de besar hasta el día en que cierre los ojos a este mundo y vuele más allá.
Te amo y es el mejor cierre que puedo dar.
Te amo y no puedo parar de escribirlo.
Te amo, porque repetirlo más de tres veces es sagrado.
Te amo, porque es eterno.
miércoles, 22 de junio de 2016
Ciento ochenta inciertos.
La recibió con una rosa. Él no había comprendido aún que lo
bello no va consigo. Sus ojos opacos e idos no le permitían averiguar sus intenciones. Se sentaron, ella esperaba que la tormenta empezará más no sucedió. El cielo los juntaba
con un halo de luz que venía desde un faro de la Lima que es París que iluminaba sus siluetas en el mar negro haciendo de
nuestras sombras un reflejo. Destino nos dibujó, nos imprimió con lápiz de
cartón, nos juntó. Solo espero que no venga una nube y nos borré.
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